Fiesta de Primavera

Llevo toda la Semana Santa cosiendo disfraces para la fiesta de la Primavera que van a hacer mañana en el cole de los enanos. Parecía la madre del niño castor. Pero en lugar de un castor tengo una mariquita y una avispa.

hay que decir que no fue tan horrible como me esperaba, hasta hace unos días cosía con esta máquina de coser:


Vale que es muy bonita, vintage, antigua, ... pero no he sido capaz de conseguir coser con ella sin tener que parar cada 2 minutos, bien porque hace burruños por detrás, o por delante, o porque se rompe el hilo de la canilla, o porque decide que ya no cose más, o porque no hace el punto que yo quiero, el caso es que cada vez que la saco, además de dejarme la espalda (debe pesar unos 30 kg aproximadamente) acabo de mal humor. Pero el viernes una compañera de El Estudio me regaló una máquina de coser, no es nueva pero al lado de la mía es de hace dos días.

Con esta nueva máquina fui capaz de hacer los disfraces en una tarde y es poco teniendo en cuenta que tenía a un niño tocando absolutamente todo a mi alrededor y a una niña amenizando la velada con una armónica en mi oído, pero fue una tarde estupenda y ellos están felices vestidos de bichos.

Feliz Primavera (A ver si el tiempo empieza a acompañar)

Chal calado

Este año he aprendido a hacer chales calado gracias a las clases de Guna de la que ya os hablé aquí. Desde octubre nos juntamos todos los martes por la mañana para tejer, nosotras tejemos y Guna nos enseña todo lo que sabe.

En noviembre decidimos, y digo decidimos porque voy a clase con Clara una gran amiga con la que he compartido años de estudio y ahora comparto la pasión por las dos agujas, empezar a hacer calados.

Hacer calados me ha parecido un trabajo delicado, en el que hay que prestar mucha atención, no vale hacer punto mientras ves la tele, y mágico al ver como haciendo una serie de aumentos y menguados se va formando un dibujo.

El primer chal que hice se lo regalé a mi madre, realmente lo tiene en usufructo por que es la herencia de Lola, y no tengo fotos de él acabado. Era un chal rectangular, con un dibujo fácil de seguir, en este chal la puntilla se hace al final y se va uniendo al cuerpo del chal de manera mágica, de este modo no tienes costuras.



El segundo chal es triangular hecho con mohair y seda y he disfrutado muchísimo haciéndolo, es muy calentito y como éste tendremos a la venta en septiembre, en muchos colores y lanas de distintas calidades, todos estarán hechos a mano con mucho cariño, como se hacen las cosas a mano.



Parece que las cosas van saliendo

Tal y como contaba aquí llevo desde noviembre acudiendo cada viernes a las clases del Workshop Semestral de El Estudio.

Está siendo una experiencia fantástica y tengo unas compañeras estupendas, de las que espero hablaros en breve.

El curso empezó con un tema de inspiración, en noviembre las hojas estaban empezando a cambiar de color y las tardes eran más cortas y frías así que fue fácil pensar en El Otoño como un tema interesante para inspirarse, entendiendo el otoño como el momento en el que se vuelve al hogar, volvemos a resguardarnos del frío, pasamos más tiempo en casa y recuperamos actividades olvidadas durante el verano, la lectura en el sofá, el té debajo de una manta, horas metidos en la cocina haciendo bizcochos y magdalenas, los juegos de mesa, sacamos las agujas y tejemos como locos manoplas y bufanda para el invierno que se avecina, más tiempo para la reflexión.

Sacamos del armario los jerseys y la ropa abrigada y cómoda para poder pasar la tarde en casa tan a gusto.

Y con estas premisas empezamos a pensar en siluetas de ropa y dibujos para crear nuestros propios estampados.

Y esto es lo que va saliendo, ahí va un adelanto de los estampados que lucirán las prendas de Esto no es Ascot este Otoño-Invierno. Espero que os gusten.





Algo que nunca he hecho

LLevo tiempo queriendo hacerle a Lola una colcha, compré hace tiempo guata para el relleno pero... como me suele pasar a menudo, la guata lleva guardada aproximadamente un año en el rincón más oscuro de la casa.

Así que esta mañana he cogido las telas que compré el otro día en Black Oveja y junto con varios retales que tenía en casa me he puesto a cortar cuadraditos como una loca.


La Guata la he sacado del rincón oscuro donde se escondía y espero, con paciencia y poco a poco, terminarla en ¿un par de meses?

Como indica el título del post es algo que nunca he hecho, pero siempre hay una primera vez para todo.


Por cierto, ya os hablaré de mi visita a Black Oveja, porque no solo volví con telas si no que la visita a la tienda fue por unas lanas que os enseñaré en breve, las telas fueron un accidente.