Valencia

Como muchos de vosotros sabréis estuve unos días en Valencia, presentando la colección Otoño-Invierno en Canguro Verde, el lugar perfecto para presentar una colección, tomarte un café, que los niños jueguen sin parar, vamos, un lugar maravilloso. Allí estuve con Cristina, el alma del Canguro, que no pudo resistirse a la falda pantalón de tafetán y que lucía así de contenta.


Llegué el jueves a la hora de comer, el clima estupendo y la casa donde me quedaba a dormir tenía una escalera tan bonita que no me pude resistir a hacerle una foto.


Mi familia paterna es valencia así que el viernes por la mañana aproveché para ir a ver a mi abuela que a sus 98 años todavía pasa las mañanas al sol bordando. Estaba haciendo unas servilletas y rebordando unos almohadones que tiene en la terraza y que yo recuerdo desde que era pequeña.



Me quedé con las ganas de robarle unos almohadones que debió hacer allá por los años 70 y que quedarían estupendamente en mi casa.



Además de ver todo lo que estaba haciendo y frenas mis impulsos cleptómanos mi abuela me contó un montón de historias, muchas de ellas ya conocidas pero otras primicias absolutas. Supongo que será amor de abuela pero por el momento es la clienta de mayor edad de Esto no es Ascot, estas navidades tengo que llevarle un chal calado de la colección en color rosa y una camisa de hojas.

Al irme no pude reprimir hacerle una foto a un dechado que hizo su madre en 1889, en la foto no se aprecia muy bien pero es una maravilla, bordado con un montón de detalle y puntos distintos. Cómo me gustaría poder hacer cosas tan bonitas y delicada.


La verdad es que pasé una mañana estupenda de charla y sol que espero poder disfrutar muchos años más.

Muchas gracias a la Cangurita por pasar esos días conmigo y acogerme en sus dos hogares. En Navidad vuelvo así que hasta dentro de muy poquito.